lunes, 12 de marzo de 2007

No mates....

Capítulo III
No mates: fue lo que le dije al canibal que me encontró, quedando claro que era muy pacífico, y no me mató, me habó del lugar donde me encontraba, en efecto era una isla, en la que sólo habitaban mosquitos y algunos humanos para comer, la única forma de salir de allí sería convenciendo a la gente de que eras de mal sabor o que enfadabas a sus "fulanos" dioses.

Ya que me tenía "verde" literalmente el olor a putrefacción que había allí empecé a practicar alguna manera de convencer a los canibales que no me necesitaban allí, pero creo que no les va a gustar la historia, mejor la resumo en algunos pasos:

1- Me heché en la piel un asqueroso desecho marrón que los humanos botamos.
2- Los canibales me tomaron como el dios putrefacto y que debía ser hechado de la isla antes de contagiar sus almas o sus chacras, o su loquesea.
3- Me mandaron en el barco de basura a otra isla.

Al bajarme del hediondo barco, me quedo sumergido en aquellas bellas aguas, tratando de quitarme aquel olor a muerto que cargaba de hacía un mes.

Al salir me encuentro con una curiosa situación, una muchedumbre de gente insistía en darme la bienvenida "apuntando sus armas contra mi persona". El ladrón más buscado al parecer venía de una familia lejana, quedando yo como un tataranieto-sobrino de aspecto casi gemelo y renovado ladrón "HarZash", el más buscado. Traté de explicar a la muchedumbre que tenían una confusión y que sólo era un naufrago en busca de comida, que debía regresar a casa. los niños que estaban allí, cargaron sus armas y empezaron a disparar, ¡me puse a nadar mar adentro! Pero no tuve que nadar mucho para darme cuenta que empezaron a dispararse entre ellos pues era fin de semana y estaban demasiao borrachos como para saber hacia donde me había ido. Quizá habrían pasado 2 horas cuando ya se había acabado el "saperoco" y pude refugiarme en una cabaña vacía cerca de la playa.

Sólo sabría que sucedería cuando amaneciera......